Empleados de una distribuidora de carbón, “blancos” al ver una boa en Pico
noviembre 4, 2015
Un grupo de trabajadores que ayer por la tarde descargaba un camión y acoplado con bolsas de carbón sufrieron menuda sorpresa al descubrir entre la carga, un ejemplar vivo de una boa de las vizcacheras de casi 2 metros de largo, más conocida como ‘Lampalagua’, científicamente identificada como ‘Boa Constrictor Occidentalis’. La impresión de los jóvenes pudo más y rápidamente se bajaron del acoplado tirando la boa al piso, donde la serpiente comenzó a moverse hacia la parte baja del camión. Los trabajadores y el titular de la empresa, ubicada en calle 106 entre 25 y 27, decidieron rápidamente convocar al Comando Radioeléctrico que en forma inmediata destacó un móvil al emprendimiento en el barrio El Molino.
A su vez, los efectivos convocaron al veterinario policial, Alejandro Asís, quien como primera reacción sugirió atrapar la boa para remitirla al zoológico de la vecina localidad bonaerense de América. Pero con el nerviosismo reinante, y en parte por el desconocimiento de cómo proceder ante la circunstancia, uno de los efectivos dio muerte a la serpiente con un certero disparo en la cabeza. Se estima que el policía tomó la resolución atento al nerviosismo que reinaba entre los trabajadores, que no podían manejar la situación. Luego se supo que el camión había llegado momentos antes desde la provincia del Chaco, proveedor habitual de leña y carbón en ese emprendimiento.
El dueño de la distribuidora ‘El Pata’ comentó ayer a un cronista de este medio la ‘habitualidad’ de ese tipo de ‘viajeros’ en las cargas, aunque nunca había llegado hasta la ciudad un ejemplar como el ‘recibido’ en la víspera. Luego de salir del asombro los trabajadores, y algunos vecinos, decidieron ‘repartir’ el botín quedándose uno de ellos con la codiciada piel. El arribo de la ‘bicha’ movilizó la cuadra en horas de la siesta, y nunca mejor descripto el semblante de los trabajadores que negros por el carbón se quedaron blancos al ver semejante visitante. Se conoce que este tipo de serpiente tiene un cuerpo marrón oscuro con figuras hexagonales más claras en el dorso.
Los ejemplares adultos pueden medir 3 metros de largo y pesar 15 kilos. El cuerpo, macizo, sigue a una cabeza proporcionalmente pequeña y una cola corta y roma. Está recubierta de escamas, que son pequeñas en el dorso y mayores en el vientre. Suele llamársela ‘lampalagua’, en aimará; ‘culebrón de la tierra’ en Salta; ‘la familiar’ en San Luis y La Pampa. Su nombre científico es ‘Boa constrictor occidentalis’ (Philippi, 1873). La boa de las vizcacheras reside en aquellos distritos que presentan un clima semiárido debido a una estación seca muy pronunciada, en los cuales la vegetación es boscosa y arbustiva. Por ello se la encuentra solamente en Bolivia, Paraguay y la Argentina.
En Argentina se la ubica en las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, La Rioja, Catamarca, San Juan, Córdoba, Mendoza y San Luis. Las pequeñas lampalaguas, a diferencia de sus progenitores, presentan una tonalidad más clara, con colores como el rosado y el rojizo. La hembra gesta entre 15 y 40 crías durante unos 5 meses; la camada nace en el otoño, entre marzo y mayo. Las crías suelen medir, al nacer, unos 40 centímetros de longitud. Especialistas advierten que se trata de un ejemplar en peligro de extinción.
Son varias las causas que se unen para el retroceso de la boa de las vizcacheras en su área de distribución: la destrucción de los bosques y arbustales chaqueños para la elaboración de carbón, postes y leña, así como para dar paso a la producción ganadera y cultivos de ocasión; y la actividad de la industria marroquinera, que emplea su piel de atractivos diseños y escamas pequeñas. Según el médico veterinario piquense, la serpiente en cuestión no es venenosa y se alimenta de roedores que mata por la presión de su cuerpo. Luego del susto y de la anécdota que perdurará por siempre, los trabajadores dejaron en el aire la suposición de que, en realidad, se trató de un ‘chiste’ pergeñado por los colegas chaqueños.