Beatifican a Álvaro del Portillo, un santo de la "vida ordinaria"
septiembre 26, 2014
Monseñor Álvaro del Portillo fue el más estrecho colaborador de José María Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei, y amigo de varios papas, en especial de Juan Pablo II, quien le concedió el capelo cardenalicio en 1991.
Nacido en España en 1914, del Portillo ingresó al Opus Dei en 1935, cuando todavía era estudiante en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid, en la cual se doctoró poco después.
Más tarde hizo también estudios en Filosofía, Historia y Derecho Canónico. Se ordenó sacerdote en 1944, siendo la suya una de las tres primeras ordenaciones de miembros del Opus Dei.
El Opus Dei (Obra de Dios en latín) es una institución de la Iglesia Católica creada por Escrivá de Balaguer, o San Josemaría, como se lo llama desde que fue canonizado por Juan Pablo II en 2002.
Pero el honor de ser el primer Prelado del Opus Dei, le correspondió a su amigo y colaborador de toda la vida, Álvaro del Portillo, cuando la agrupación fue convertida en Prelatura por decisión de Juan Pablo II, en 1982.
La vida de Del Portillo estuvo siempre estrechamente ligada a la del fundador del Opus Dei hasta la muerte de éste, en junio de 1975, cuando lo sucedió al frente de la institución.
Desde su incorporación a la Obra, desarrolló una amplia labor de evangelización entre sus compañeros de estudio y trabajo y, a partir de 1939, emprendió un intenso apostolado por diferentes ciudades de España. Más tarde, siguió a Escrivá a Roma, donde vivió hasta su muerte, en marzo de 1994. Además, lo acompañó en sus muchos viajes internacionales.
Durante sus años en Roma, los Papas, desde Pío XII hasta Juan Pablo II, lo convocaron para numerosos encargos. Por ejemplo, Juan XXIII lo nombró consultor de la Sagrada Congregación del Concilio Vaticano II (1959-66) y, concluido éste, Pablo VI lo nombró consultor de la Comisión postconciliar sobre los Obispos y el Régimen de las Diócesis. Además fue consultor de varios organismos vaticanos, entre ellos la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Congregación del Clero, la de las Causas de los Santos y el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.
Durante el período en que estuvo al frente del Opus Dei, Del Portillo impulsó el comienzo de la actividad de la prelatura en 20 nuevos países y estimuló la puesta en marcha de numerosas iniciativas sociales y educativas, como el Centre Hospitalier Monkole (Kinshasa, Congo), el Center for Industrial Technology and Enterprise (CITE, en Cebú, Filipinas) y la Niger Foundation (Enugu, Nigeria), entre otros.
«Desde el día de su muerte había demostraciones evidentes de su fama (de sanidad)», dijo el postulador de la causa de canonización, reverendo Javier Medina Bayo, autor del libro Álvaro del Portillo. Un hombre fiel.
«Para abrir una causa de canonización –agrega- el elemento determinante es la existencia de una sólida fama de santidad, espontánea y difundida entre una parte significativa del Pueblo de Dios». En el caso del primer Prelado del Opus Dei, «mucha gente en todo el mundo estaba convencida de que era una persona santa e invocaba su intercesión con el objeto de obtener favores del Cielo».
Es tarea de los postuladores verificar si esa fama es fundada. En este caso, se interrogó a 133 testigos, entre los cuales hay 19 cardenales y 12 obispos y arzobispos. Además, del total de testigos, 62 pertenecen a la Prelatura, mientras que el resto no, ya que la «fama de santidad» de Álvaro del Portillo trascendió los contornos de su agrupación. «Hasta 2012 nos habían llegado 12.000 relaciones firmadas de favores obtenidos por su intercesión, muchas veces de países en los que el Opus Dei ni siquiera está presente», señala.
Este alto número de testigos, distribuidos además en todo el mundo, llevó a que la causa se dividiera en ocho procesos a través de comisión rogatoria que tuvieron lugar en Madrid, Pamplona, Fátima-Leiria, Montreal, Washington, Varsovia, Quito y Sydney.
El reverendo Medina Bayo subraya también «el impulso decisivo que dio Del Portillo a la creación de instituciones destinadas al bien del prójimo», como las citadas más arriba, o también la Universidad Campus Bio-medico, en Roma, la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y el Colegio Eclesiástico Internacional Sedes Sapientiae, también en Roma, «donde miles de seminaristas y sacerdotes reciben una cuidada formación doctrinal y espiritual».
Medina Bayo destaca como cualidades personales de Del Portillo su «fidelidad a la Iglesia (y) a los Papas», su «confianza en la providencia divina», su «laboriosidad» manifiesta en «un ritmo de trabajo icnreíble» y «sobre todo, la caridad: amaba a Dios y a los demás con todo el corazón».
Si el centro del mensaje del Opus Dei es la santificación del trabajo y de todos los deberes de la vida ordinaria, Álvaro del Portillo fue sin dudas un claro exponente de esa vocación y ese estilo de vida consagrada al servicio, en opinión de quienes lo conocieron y se beneficiaron de su cercanía y su mensaje.
Un documental recientemente estrenado (Trabajar para los demás), recoge testimonios de muchas personas que, en distintos puntos del planeta, vieron sus vidas transformadas por la obra caritativa y social impulsada por Alvaro del Portillo.
Agenda de la Ceremonia
La ceremonia de beatificación tendrá lugar este sábado 27 de septiembre al mediodía de España, en Valdebebas, un barrio de Madrid, y estará presidida por el Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Delegaciones de 80 países, tan diversos como Emiratos Árabes Unidos, Islandia, Nueva Zelanda y Corea del Sur, han confirmado su asistencia.
Pero esta no será la única ceremonia en torno a esta beatificación: habrá varios actos más tanto en Madrid como en Roma (ver detalle aquí).
Al día siguiente, en el mismo lugar y hora, el Prelado del Opus Dei y sucesor de Del Portillo, monseñor Javier Echevarría, celebrará una Misa de Acción de Gracias.
Los actos de celebración continuarán del 29 de septiembre al 2 de octubre en Roma (Italia), donde, en la basílica de San Eugenio, se podrá venerar el cuerpo del nuevo beato.
El 30 de septiembre, los cardenales Agostino Vallini, vicario general de Su Santidad para la Diócesis de Roma, y Santos Abril, presidirán dos concelebraciones eucarísticas en San Juan de Letrán el primero, y Santa María la Mayor, el segundo.
El 2 de octubre, a las 6 de la tarde, hora de Roma, se celebrará un acto de adoración eucarística en la basílica de San Eugenio, a cuyo término se trasladará el cuerpo de monseñor Álvaro del Portillo a la cripta de la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz.