Y el candidato es …

Jorge convocó este martes a los integrantes de la línea Compromiso Peronista en la residencia. Las candidaturas, sobre la mesa.

El gobernador Oscar Mario Jorge convocó a los miembros de Compromiso Peronista en la residencia, este martes, a las 10.30 horas. Se acaba el tiempo de las especulaciones y comienzan las definiciones de cara al cronograma electoral del año próximo.

Compromiso Peronista necesita definir el nombre del candidato a gobernador para instalar el postulante. Del otro lado, el senador Carlos Verna está embalado y corre con la ventaja de ser un personaje conocido para la mayoría de los pampeanos. En Compromiso hay una danza de nombres. Aparecen con chances tres intendentes, Ariel Rojas (Toay), Facundo Sola (Realicó) y Federico Ortiz (Riglos). También se menciona a tres funcionarios, el ministro de Bienestar Social, Raúl Ortiz, el secretario de Asuntos Vecinales, Fabián Bruna, o el ministro Coordinador, Ariel Rauschenberger.

La palabra de Jorge tendrá peso en la decisión. Pero no se descuenta una consulta con los mentados “papelitos”, como se hizo cuando se resovió que Gustavo Fernández Mendía sería el candidato a diputado nacional del sector. El encuentro se cerró después del mediodía, pero la definición se postergó para los próximos días.

El oficialismo se ve forzado a definir su fórmula, porque estará integrada por dirigentes que necesitan de instalación en la provincia. Jorge busca respaldos a nivel nacional y hace pie con los restos del tiernismo en General Pico. ¿Se definirá otra vez por la vía del “papelito”?

La paciencia tiene un límite. Y bien lo sabe el peronismo, que se jacta de ser pragmático.

El jorgismo viene tejiendo con serenidad y sin prisas su mentado candidato, pero hay circunstancias que lo fuerzan a definir con rapidez los nombres de los integrantes de la fórmula que hará frente a “la madre de todas las batallas”.

Hay una elemental razón para apretar el acelerador: sean quienes sean los postulantes, tiene la imperiosa necesidad de instalarlos, puesto que no se trata de dirigentes especialmente conocidos en la provincia.

Los intendentes en pugna por el premio mayor (Facundo Sola, Ariel Rojas, ¿Federico Ortiz?) no son precisamente famosos en el territorio provincial. Tampoco están entre los más conocidos dos de los hombres del Ejecutivo que aparecen en la carrera: el ministro de Bienestar Social Raúl Ortiz y el secretario de Asuntos Municipales Fabián Bruna. A ellos se suma el ministro coordinador Ariel Rauschenberger.

Quizá el que más mide en ese punto -el nivel de conocimiento- sea el diputado Gustavo Fernández Mendía, que además de su larga trayectoria en la política provincial cuenta para sí con el beneficio de haber sido interventor en la Municipalidad de Santa Rosa, funcionario provincial en distintas gestiones y -sobre todo- candidato a diputado nacional el año pasado, después de ganar en una interna.

¿El “papelito”?

Aunque se ha divulgado con fuerza la “solución del papelito” -que consiste en que los principales referentes de Compromiso Peronista voten por los candidatos en una especie de urna- está claro que el gobernador Oscar Mario Jorge quiere imponer su sello.

Sin embargo fue entre los propios intendentes que surgieron algunas dudas. El día en que Jorge los reunió para dejarles en claro que no había chances de arreglo con el senador Carlos Verna (es decir: la jornada en que se formalizó que habría una madre de todas las batallas), el gobernador pidió formalmente que si había alguien interesado en sucederlo en la Gobernación lo hiciera saber.

Hay distintas versiones de la historia: una cuenta que nadie levantó la mano. Otra, que las autopostulaciones fueron tibias y como pidiendo permiso. Ni siquiera en las expresiones públicas los intendentes fueron entusiastas: Ariel Rojas se limitó a decir que se sentía “capacitado” para el cargo.

Esa aparente falta de decisión de algunos intendentes -por las razones que fueran: cuestiones personales, asuntos políticos, la incomodidad de tener que confrontar con Verna- es la que fue posicionando por lo bajo la figura de Bruna, un dirigente que mantiene muy buenas relaciones con la mayoría de los jefes comunales, pero cuyo potencial electoral es más bien un misterio.

Bruna ya hizo el intento de ser candidato a intendente de Santa Rosa y no le salió bien, aunque ahora preside el Consejo Local de Unidades Básicas con cierto consenso entre las otras líneas. Aunque es un jorgista del riñón, el propio gobernador habría mostrado algún recelo ante la posibilidad de que fuera el candidato a gobernador.

Sin embargo, el fin de semana el gobernador lo eligió para que lo flanqueara en el acto que hizo en General Pico, junto a la diputada nacional María Luz Alonso, que últimamente aparece muy cercana al gobernador, quien insiste con sus bromas respecto del mentado trasvasamiento aludiando a “la sub 20”.

Alineamiento K

La decisión de darle pelea a Verna presupone para Jorge, desde ya, una fuerte alianza con el gobierno central, que le garantice respaldo político y un flexible presupuesto de campaña: este último detalle es el que puede dar por válidas las especulaciones respecto de que la candidatura a la vicegobernación recaería en Alonso, referente del kirchnerismo puro, pese a que tampoco es una dirigente especialmente instalada y a las debilidades que en la provincia todavía muestra la construcción política de La Cámpora.

Una estrategia K, en todo el país y aun a nivel nacional, es justamente designar dirigentes confiables en lugares claves para el control de quienes toman las decisiones más importantes: sería, salvando las distancias, una imitación de la experiencia de Gabriel Mariotto como vice de Daniel Scioli. Ni siquiera habría que descartar que el kirchnerismo apueste a esa misma táctica en la Municipalidad de Santa Rosa (en las últimas semanas se ha instalado la campaña del diputado Luciano Di Nápoli como precandidato a intendente).

Manotazo al tiernismo

En el acto en Pico el jorgismo desnudó otra apuesta: el afán por cosechar lo que quede de quienes apoyaron a Juan Carlos Tierno. No fue azaroso que le diera la bienvenida José Luis Casadei, quien todavía forma parte del partido Comunidad Organizada, y fue candidato a vicegobernador en 2011.

No es ningún secreto que la diputada Sandra Fonseca es en la Legislatura funcional al oficialismo, en medio de ese campo minado que significa para Jorge la Cámara de Diputados.

Jorge y los suyos saben que Pico es el hueso más duro de roer: el bastión donde de veras manda Verna, incluso cuando tiene que mandar a votar a un extrapartidario, como ocurrió en las legislativas del año pasado en que se produjo el extraordinario triunfo del “Colorado” Carlos Mac Allister.

Aun así, en Pico la imagen de Tierno y su mano dura siguen calando hondo y Compromiso Peronista quiere sacarle provecho a ese detalle. El asunto a resolver es hasta qué punto pueden aparecer mezclados tantos sectores.

Más interrogantes

No es la única incertidumbre de la historia, por supuesto: si en todos lados se cuecen habas, ¿por qué el jorgismo no va a tener sus propias internas?

Si la política supone que cada gesto debe ser interpretado, el fin de semana hubo un par de fotos por separado: en las mismas horas en que Jorge anunciaba la pronta designación de candidatos y se fotografiaba con Bruna y Alonso, en Bernasconi Sola y la senadora María de los Ángeles Higonet hacían su propia manifestación, en un acto en el que también estuvo Rauschenberger.

También queda pendiente un alineamiento nacional. Compromiso Peronista será, desde ya, la línea del oficialismo, la que representará al kirchnerismo. Pero el Frente Para la Victoria también tiene sus propios presidenciables y sólo el futuro determinará hasta qué punto puede o no influir que cada referente local tenga alguna simpatía nacional.

Lo que está claro es que para el jorgismo empezó la cuenta regresiva. Ya no le queda más tiempo: es hora definir los nombres que afrontarán la madre de todas las batallas. Dicho está: la paciencia tiene un límite

El Diario