Quemú: le gatilló dos veces a su tío porque no lo invitó al cumpleaños
Un joven de la localidad de Quemú Quemú fue sometido a audiencia de formalización de investigación, tras ser detenido por amenazas con arma de fuego contra un familiar.
El hecho ocurrió el sábado cuando el imputado, de apellido Peralta, apuntó a la cabeza de su tío con un arma de fuego, a un metro de distancia, y le gatilló en dos oportunidades pero no salieron los proyectiles.
El juez de Control Heber Pregno presidió la audiencia, de la que participaron los fiscales Guillermo Komarofski, María Emilia Oporto y Armando Agüero. El abogado Norberto Paesani asistió al imputado.
El hecho investigado comenzó el sábado por la mañana en Quemú, cuando Leandro Peralta alrededor de las 11 de la mañana envió un mensaje por Facebook a su tío, Miguel Angel Cabrera, en el que le dijo: “gracias, te olvidás cuando ibas a mi casa re mamado y hacías pavadas, puto. Qué onda? Corré gil de mierda, gato. Ahora vas a ver, pedazo de violínà te voy a cagar matando”.
La amenazada por red social surgió luego que Peralta se enterara que su tío no quería que participara de una fiesta de cumpleaños que se celebraría esa misma noche.
Pero el hecho no terminó ahí, sino que a las 13:30 horas en el Club San Martín de la misma localidad, cuando Peralta observó que llegaba su tío, comenzó a insultarlo, discutieron y el agresor se fue del lugar en una moto.
Minutos después regresó, ingresó al club, se paró frente a Cabrera y extrajo un arma de fuego y le dijo: “te pensás que te tengo miedo, gato, gil. Te voy a volar la cabeza. No le tengo miedo a nadie”. Para luego apuntarle a la cabeza a un metro de distancia y gatillarle en dos oportunidades, pero lo proyectiles no salieron y escapó del lugar.
Durante el relato de la Fiscalía no se indicó si existió una falla en el arma a la hora de ser gatillada, o si en realidad no tenía balas cargadas.
Tras la denuncia radicada por la víctima, la policía de Quemú detuvo a Peralta cerca de las 15 horas y le secuestró una pistola calibre 22 Rooney, sobre la cual no tiene permisos de tenencia ni portación.
Durante la audiencia de formalización desarrollada ayer por la mañana, luego de tomar declaración indagatoria, el fiscal Komarofski encuadró la investigación en los delitos “amenazas simples”, “amenazas agravadas por el uso de arma de fuego” y “tenencia de arma de fuego de uso civil sin la autorización legal”.
Luego pidió el secuestro del arma de fuego, hisopados del arma y un teléfono celular. También solicitó la extracción de sangre de Peralta para enviar al Laboratorio Genético de Santa Rosa, para cotejar el ADN con las muestras tomadas del arma. También pidió el reconocimiento del arma de fuego por parte del tío y denunciante.
A la hora de analizar el pedido de prisión preventiva, el fiscal recordó que Peralta cuenta con antecedentes y, de hecho, se encuentran en libertad condicional por una condena dictada en febrero de 2017, por lo que consideró procedente requerir la prisión preventiva del imputado hasta la finalización del proceso, ya que la eventual condena que reciba por este nuevo delito será de cumplimiento efectivo, lo que representa un peligro de fuga.
Komarofski también recordó que fueron varios los testigos que vieron el hecho, en su mayoría familiares de Peralta, y también un policía que lo vio salir del club, por lo que consideró que de quedar en libertad- podría presionar a las personas que aún deben declarar en la causa.
El investigador también citó otro hecho, sobre el cual no hay denuncia, que da cuenta sobre disparos que la noche anterior Peralta hizo ante familiares, uno de los cuales pasó cerca de la cabeza de un niño que pidió ayuda por lo ocurrido.
El abogado defensor, Norberto Paesani, cuestionó el pedido de prisión preventiva, lo consideró exagerado porque los testigos podían declarar en poco tiempo y solicitó que se lo detenga por 30 días. También solicitó que sea alojado en Comisaría Tercera.
Finalmente el juez Pregno otorgó prisión preventiva, pero no hasta la finalización del proceso sino que lo hizo por el término de 90 días corridos.
El Diario
