En el Angelus del domingo, Francisco reconoció su «incredulidad y consternación» ante la masacre en el país de Medio Oriente. «Todo esto ofende gravemente a Dios y la humanidad», advirtió
Francisco volvió a rezar por las víctimas de la violencia en Irak. Este domingo, sobre el final de su Angelus en la Plaza San Pedro, dijo ante la multitud: «Nos dejan con incredulidad y consternación las noticias procedentes de Irak».
«Miles de personas, entre ellos muchos cristianos, expulsados ??de sus hogares de una manera brutal; niños muertos de sed y de hambre durante la fuga; mujeres secuestrada; violencia de cualquier tipo; destrucción de los patrimonios religiosos, históricos y culturales. Todo esto ofende gravemente a Dios y la humanidad», advirtió.
Por eso, clamó: «¡No se lleva el odio en nombre de Dios! ¡No se hace la guerra en nombre de Dios!».