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La auténtica pastafrola es de membrillo y tiene su fiesta en Olivera

La fecha estaba clara: el fin de semana siguiente al 21 de octubre, ya que en esa fecha del año 1864, Eduardo Olivera, el propietario de la estancia Las Acacias, donó el terreno para que se detuviese en la zona el ramal Moreno-Mercedes del ferrocarril Sarmiento. Ese gesto de generosidad dio origen a la localidad, que según el censo 2010 cuenta con poco más de 1900 habitantes.

“Entonces una docente del jardín La Jirafita contó que cada vez que pedía a las familias que colaborasen con algo dulce para un acto o reunión, todos llevaban pastafrolas, que siempre tenían mucho éxito. Y esa coincidencia se transformó en festejo”, recuerda Díaz Torres, quien apunta que en la primera edición se acercaron vecinos de Olivera y algunos de Luján. Pero año a año la fama de las pastafrolas cruzó las fronteras del partido y hasta llegó a la Ciudad de Buenos Aires.

“Con el paso del tiempo esta Fiesta se ha convertido en icono de Olivera y convoca a más de 10.000 espectadores por jornada”, apunta Capelli, quien agrega que el Municipio cuenta con otras celebraciones emblemáticas como la Fiesta del Sol en Carlos Keen por el solsticio de invierno en junio, la del Chorizo a la Pomarola en la localidad de Torres en agosto y la Fiesta del Pan Dulce que se celebra en la víspera de Navidad.

De Italia o de Suiza, pero siempre de membrillo
El secretario de Cultura define a la pastafrola como “una tarta artesanal muy típica en la cocina latinoamericana”, sobre todo de Paraguay, Uruguay y Argentina. “Siempre es de membrillo. El resto son inventos”, insiste. Y luego reseña la historia del postre: “Nació de una mezcla multitudinaria de culturas. Por un lado, de los inmigrantes genoveses. Ellos tenían la crostata, con una masa frolla (quebrada) con distintas mermeladas de fruta. Aunque también hay quien apunta que su origen está en la Tarta Linzer de Suiza. Más que nada por su parecido en el «enrejado» decorativo que lleva por arriba. En cuanto al relleno, tuvieron que adaptarlo al paladar argentino. El sabor más tradicional es con dulce de membrillo. Por eso en la fiesta el jurado solo acepta esa versión”.

Por su parte, Díaz Torres precisa que, si bien la premiación se restringe a los postres elaborados con dulce de membrillo, en los distintos stands que arma cada competidor se pueden probar también las demás versiones: batata, frutilla, dulce de leche y mixta.

Este año los jurados son docentes del Instituto Mignone de Luján -en el que se enseña gastronomía- y de la carrera de Ingeniería en Alimentos de la Universidad de Luján. Se capacitaron en degustación sensorial y también lo hicieron con los participantes que suelen ser entre 15 y 20 en “manipulación de alimentos.

“También habrá un premio al stand mejor decorado”, explica Díaz Torres y aclara que no todo es membrillo en la fiesta ya que en el evento estarán instalados los tráilers de la Asociación de Foodtrucks de Luján. Para completar la oferta gastronómica habrá puestos de artesanos locales y bonaerenses y shows artísticos con el cierre de una banda de cumbia local.

El Municipio y los vecinos coinciden que la fiesta busca fomentar el turismo e incentivar los emprendimientos locales. Al respecto cuentan que una ganadora de ediciones pasadas transformó su premio monetario en el impulso necesario para gestar “Sabor a mi pueblo”, un servicio de delivery de panificados y tartas que tiene como principal propuesta…. ¡la pastafrola de membrillo!

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