Una pampeana busca dar refugio a una pareja siria y a un yemení
enero 31, 2017
Ana Inchaurraga se propuso albergar a una pareja de asilados sirios con un bebé de ocho meses y a un adolescente yemení. Escapan, desesperados, de la guerra. Ella sueña con cumplir los requisitos para ayudarlos. “Tienen el mismo deseo, una vida mejor, en paz”, confió.
Una joven pampeana, Ana Inchaurraga, se propuso como familia llamante para albergar a una pareja de sirios con un bebé y también quiere dar asilo a un adolescente yemení. Todos ellos están fuera de su país, en guerra. “He decidido ayudarlos. Gracias a cada uno que me acompaña, que me acompañará. Gracias a quienes se emocionan, seguro voy a necesitar un poco de todos, quizás pensar para destrabar algunas cuestiones administrativas o burocráticas”, le contó este martes a El Diario.
“Una vez que estén acá, será otra etapa, la iremos transitando. Seguramente con sus complejidades, pero no dudo de que tendré personas lindas, rondas de mates y actividades para hacer”, se esperanzó. Inchaurraga actualmente trabaja en la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia. Es una de las hijas de la exdiputada provincial del PJ, Gladys Russell, y del escritor Armando Inchaurraga. Dijo que tal vez no pueda tener a todos en su casa, pero ya inició contactos para armar una red solidaria para que otros pampeanos solidarios se sumen a su cruzada.
La decisión que tomó es “poco sencilla”, como la definió. “Voy hacer todo lo posible para ayudar a una familia siria que venga a La Pampa, y a un chico yemení. Quizás, compartiendo un poco, otros y otras se sensibilicen como yo. Quizás algunos me entiendan, otros me cuestionen”, deslizó. “Se fueron de la guerra. Dejaron y perdieron todo. Son muy jóvenes, casi chicos. Vieron las cosas más crueles y perversas que ni siquiera podemos imaginar. Entre ellos tienen el mismo deseo, una vida mejor, una vida de paz. No quieren vivir en Guerra. No quieren morir. Tienen sus esperanzas puestas en mí, no puedo achicarme ni medio centímetro. Ya estoy en el desafío y no voy a renunciarlo”, reflexionó.
Refugios humanitarios
La joven pampeana ya inició los contactos con Refugio Humanitario Argentino y el programa Siria. Se propuso como “familia llamante”. “Pasé por varias instancias, yo cada vez más firme y más segura. Miré videos, lloré mucho, recobre fuerzas, pase por torbellinos de adrenalinas, logré focalizarme. Reordenarme y creo volví a llorar varias veces más, sonreí, comencé a contar y a compartirlo. Agradezco inmensamente cada palabra que me dan, cuando cuento mis desvelos. La verdad que las noches ya no están siendo para dormir, mi cabeza no para. Agradezco que me entiendan y me acompañen, sobre todo mi familia, mis amigos y conocidos”, escribió.
Inchaurraga le anunció a sus padres que la decisión está tomada. A pesar de ciertos reparos iniciales, la apoyaron. Y le dijeron que están orgullosos de lo que hará. “Los domingos haré tucos más grandes, pondremos más sillas y comeremos todos juntos”, bromeó.
La santarroseña a diario se escribe por watsap con la pareja, “ chicos muy jóvenes”, él sirio y ella filipina, con una beba de 8 meses. Actualmente están en Emiratos Árabes Unidos, en el programa sirio. “No hay de momento contratiempos, optimista creo que el viento sopla a favor del pelo”, se esperanzó.
“Todo el tiempo me recalcan que quieren estar en un lugar en paz y tranquilos”, le dijo a El Diario.
Un yemení, escapado de la guerra
Por otra parte, en medio de las tramitaciones, se cruzó por el camino un chico de 19 años, yemení, también nacido en un país en Guerra. “Está solo, solo, solo, en Malasia, en un hotel, incomunicado de su familia, que quedó en Yemen, donde no hay internet ni nada, perdió el contacto. Logró irse en el vuelo más barato, con muy pocos ahorros, que se le están terminando”, contó el caso, que la conmovió.
Explicó que esta situación es más compleja. El chico no está dentro de la ayuda del programa sirio y las condiciones de residencia temporaria incluyen un “contrato de trabajo”. “Estoy averiguando si puedo yo hacerle un contrato, ama de casa o jardinero, me da igual, o conseguir a alguien que quiera emplearlo”, confió.
Otra posibilidad sería conseguir la residencia de estudiante, aunque debe ser con una institución educativa que esté en los listados de requirientes. “En La Pampa la única es la Universidad. Aún están evaluando la respuesta. Lo común son los convenios entre universidades, que no cuadra con este caso”, lamentó.
“No quieta, y con las inquietudes, estoy viendo si alguna institución quiere ser requirente”, dijo. En este sentido, ya está conversando con la directora del Liceo Informático, Lilia Armando. “Sé que no es fácil pero no será imposible. Al menos lo voy a intentar. Todo lo que esté a mi alcance, y lo de otros, el fin es ayudarlos”, completó.