La Pampa

Una cocina Istilart, de las más grandes del mundo, en Victorica

¿Es la cocina a leña Istilart que hay en la Escuela Agrotécnica de Victorica una de las más grandes del mundo? Fabián Muñoz Docampo, que la ha fotografiado, dice que puede ser. “Según he leído, podría ser una de las más grandes en su tipo que se construyen actualmente en el mundo”, dice.

Actualmente la cocina más grande que fabrica Istilart (a pedido por su formato, tamaño y peso) tiene una plancha superior de 2 metros por 2 metros de lado. El artefacto del piso a la plancha mide 80 centímetros.

Tiene cuatro hornos y cuatro bajo hornos. Dos lugares para encender el fuego y permite cocinar carne, por ejemplo, para 150 comensales a la vez, con la graduación equilibrada de la temperatura y el sabor especial que toman, especialmente las carnes, en sus hornos. Pesa 2600 kilos armada.

El fabricante de estas inolvidables cocinas económicas a leña fue el vasco francés Juan Bautista Istilart, quien fue pionero de la metalúrgica en Tres Arroyos (Buenos Aires).

La Istilart, en la Escuela Agrotécnica de Victorica (Foto gentileza de Fabián Muñoz Docampo)


Nació el 29 de junio de 1867, en el pueblo Hasparren, en la región vasco francesa. Era hijo de campesinos, según publicó La Nación. A los 10 años llegó al país en compañía de su tío. Fue boyerito, en la flota de carretas que recorría el tramo entre Buenos Aires y Dolores. A los 20 años, se trasladó a Tres Arroyos, cuando empezaban a ocurrir hechos importantes.

En 1887, un grupo de familias inmigrantes agricultoras, llegaron al lugar trayendo las primeras semillas de trigo y abrieron los primeros surcos.

Las cosas no fueron fáciles al comienzo, pero la perseverancia los hará triunfar. Istilart será testigo de estos hechos. Valiéndose de sus estudios de mecánica y organización comercial, instaló un pequeño taller donde comenzó a reparar las trilladoras y todo lo que le traían. Fue el comienzo de una gran empresa. Llegó a fabricar 120 productos, salidos de este cerebro creador. El establecimiento, en determinado momento, contó con 1000 obreros que trabajaban las 24 horas en un predio de cuatro manzanas.

«Con el hierro viejo se pueden hacer muchas cosas», decía Istilart. En 1915 comienza a fabricar las cocinas económicas con hierro fundido, aprovechando los retazos de las máquinas agrícolas que recibía en su taller.

A comienzos de la década del treinta, ya se habían fabricado 60.000 cocinas. La producción de 1000 cocinas mensuales, no alcanzaba a satisfacer la demanda adquirida por su renombre nacional e internacional. Los vendedores recorrían todo el país y mecánicos calificados, conocedores de su oficio, cumplían con el servicio de la atención post- venta, donde el cliente los pudiese necesitar, resolvían los problemas de tiraje de las cocinas y el funcionamiento de trilladoras.

Tenía filiales y sucursales en varios puntos del país. Algunos productos se exhibían en agencias de Good Year y Chrevolet. En Buenos Aires tenía puntos de ventas en la calle Lima 1662 y en Perú 680.

Istilart no fue el inventor de las cocinas económica, pero decir cocina económica era decir cocina Istilart. Los reclames publicitarios de la época anunciaban: Esta es una cocina¡, todos la imitan, nadie la iguala! La joya del hogar…

Juan B. Istilart falleció el 26 de junio de 1934. Todo el pueblo lo lloró. Alguien dijo que con su muerte se fue un pedazo de Tres Arroyos.

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