Sector favorecido Lluvia de máquinas: Ferraris, Lamborghini y Maserati, ¿por qué en cuarentena y con cepo llegaron al país los autos más lujosos del mundo?
Es el fenómeno que quedó al desnudó por la llegada de un Lamborghini último modelo. En medio de la ASPO, también llegaron 4 Ferraris última generación.
El cepo para los ahorristas comunes es una realidad contundente. A duras penas puede una persona comprar 200 dólares hoy en la Argentina. Pero tan cierto como esa medida del Banco Central es el escenario de desdoblamiento cambiario que permite traer autos de súper alta gama desde el exterior a precio de dólar oficial. Es decir, a 79 pesos y monedas. Sólo de ese modo se explica que al país, en plena cuarentena, hayan ingresado 6 Ferraris último modelo, 4 Maserati MC20 estén en camino y un Lamborghini Huracán Evo Spyder de 300 mil dólares haya sido noticia por su irrupción descomunal en Buenos Aires.
Rodados categoría jeque árabe, de esos que solo se ven en las películas o en circuitos de fanáticos. En tiempos de pobreza disparada, tomas de tierras en el conurbano y futuro difícil, una lluvia de máquinas florece. Son piezas sofisticadas, de lujo sideral. Llegan en silencio, por barco o en avión, favorecidas por las condiciones económicas establecidas por el Gobierno, saludables para una minoría selecta.
Es lo que desnuda la historia del Lamborghini que salió desde Italia hacia los Estados Unidos por mar y luego fue traído en avión hasta la terminal de cargas del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. La nave gris platinada ingresó al país a nombre de Guillermo Chetta, empresario del rubro automotor, dueño de una escudería y de una concesionaria histórica de Honda ubicada en San Isidro. Tuvo un costo inicial, en origen de 301.738,73 dólares, pero con la suma de impuestos más gastos de flete, Chetta, que no sería el propietario final, terminó pagando casi 700 mil dólares. El importador, según datos difundidos por la Aduana, fue Carlos José Alberto González.
