El ministro de Obras y Servicios Públicos, Jorge Varela, presentó la renuncia este viernes al mediodía: «Me siento acorralado, mi suerte está echada». Se cae el juicio político en su contra.
Varela, que enfrenta un juicio politico por la paralizacion del Megaestadio, presentó la renuncia este viernes, según confirmaron fuentes oficiales a El Diario. El ministro había dicho hace dos días que presentaría la dimisión solo cuando se lo pidiera el gobernador. A punto de que la Sala Acusadora impulsara la acusación el próximo lunes (4 votos a 2), el funcionario formalizó su renuncia. «Me siento acorralado, mi suerte está echada», dijo el ahora ex funcionario, que insistió en su inocencia. Habló de «un afan persecutorio de mezquindad política» que pretende lesionar la imagen del gobierno provincial.
Según interpretó el diputado provincial, Martín Berhongaray, la renuncia de Varela no frena el juicio político. Es que la Sala Juzgadora, además de quitarle el cargo, puede disponer su inhabilitación para ocupar nuevos puestos públicos. Sin embargo, desde el vernismo sostuvieron que se trata de «un error» de intrepretación del legislador radical. «La ley es clara. Si renuncia, se interrumpe el juicio político. El gobernador lo designó, el gobernador acepta la renuncia», indicó una fuente ligada a ese sector político.
Varela se había presentado en los últimos días como una víctima de la feroz interna del gobernador y su línea con el vernismo. Sin embargo, la denuncia fue impulsada por el Fiscal de Investigaciones Administrativas, Juan Carlos Carola. Lo acusó de inacción por el paso del tiempo con la obra paralizada, sin disponer la rescisión del contrato con Inarco o la continuidad de la obra.
Varela había presentado a mitad de semana un planteo de nulidad del Juicio Político. Alegó que se había afectado su derecho a defensa. Sin embargo, ese planteo iba a ser rechazado en la Sala Acusadora el lunes. La presidenta de la Sala, Mariana Baudino, convocó a la Sala a las 8 horas del lunes para resolver ese recurso. Una hora después estaba prevista la votación sobre la denuncia. Los vernistas Baudino y Juan Pablo Morisoli tenían decidido impulsarla, al igual que los frepamistas Berhongaray y Claudia Giorgis. En cambio, el kirchnerista Miguel Tanos y Darío Hernández, de Pueblo Nuevo, iban a votar por desestimar la denuncia.
Ahora, con la dimisión de Varela, la reunión de el lunes se transformó en una formalidad: solo servirá para ingresar la renuncia y para dejar en la nada el juicio que se venía desarrollando durante las últimas semanas.
Un juicio con “pasión y baja política”
A través del Decreto 557/14, el Gobernador Jorge aceptó la renuncia de Varela. En su mensaje, el ex ministro formalizó su renuncia “indeclinable” al cargo que ejercía desde el 10 de diciembre de 2011, “en función de la falta de garantías del ejercicio del legítimo derecho humano y constitucional que me asiste de defensa en juicio, y del debido proceso por parte de algunos integrantes de la Sala Acusadora”.
“Señor gobernador me siento acorralado porque en esta ocasión, una vez más el juicio político se utiliza “so color de partidos” no está sirviendo a la elevada finalidad institucional con que ha sido concebido, sino que se lo ha puesto al servicio de la pasión, la baja política, y no se respetan en su tramitación de resolución los sagrados mandatos de la justicia y la seguridad jurídica”, expresó Varela en su renuncia.
“Con ese telón de fondo, mi suerte está echada pues me quieren destituir pese a que cumplí con la Constitución y las leyes, en resguardo de los legítimos intereses de la Provincia y aspiraciones de su población. La inactividad invocada para hacer efectiva mi responsabilidad política, con fundamento en la causal de falta de cumplimiento de los deberes correspondientes a mi cargo (art. 110 CP) es inexistente. El Fiscal funda su decisión en manifestaciones dogmáticas carentes de toda realidad”, insistió.
La acusación, intrepretó Varela, lo deja “ante la disyuntiva de incurrir en el desconocimiento de la ley para cumplir con el pliego, con el riesgo que esto implica; o de resolver terminar la obra de la manera solicitada a esa Legislatura, para evitar tirar por la borda los montos ya invertidos y así hacer posible que la misma cumpla con su destino de satisfacción de una utilidad pública para los pampeanos sin la pertinente habilitación legislativa. Pero, en ambos casos, si atendiera a los reclamos de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas sí incurriría en la causal de falta de cumplimiento de los deberes de funcionario contemplada por el art. 110 CP”.
Varela sostuvo que Carola “propone el dictado de un acto administrativo para la prosecución de la obra, sin indicar el curso de acción para la finalización de la misma conforme a derecho, con lo cual se me imputa una omisión en el cumplimiento de mis obligaciones legales sin siquiera especificar cuál sería la omisión o el hecho que debí cumplimentar para poder encuadrar esto dentro de la causal de mal desempeño”.
“Afán persecutorio”
Varela advirtió que durante el juicio político “no se están respetando las normas constitucionales, ni las emanadas de los tratados sobre derecho humanos, y tampoco las disposiciones reglamentarias que regulan el debido proceso legal y la defensa en juicio”. “Me está siendo conculcado el ejercicio constitucional de la defensa en juicio”, protestó.
En es sentido, repitió que no tuvo asistencia letrada para controlar las pruebas, no se labraron actas de las declaraciones testimoniales y no existe una acusación expresa de parte de Carola porque omitió indicar cual es la conducta legal indebida.
“Todas estas falencias revelan que no existe el apego a las normas legales que impone un instituto tan trascendental como es el juicio político para la vida republicana. Sí en cambio, un afán persecutorio de mezquindad política que está dirigido contra mi persona con el deliberado propósito de lesionar, en forma indirecta, la probidad y eficiencia de la gestión desarrollada por el señor Gobernador”, dijo.
“Mi accionar se ha encuadrado en un todo de acuerdo a la Constitución Nacional, la Constitución Provincial, la Ley de Ministerios y toda la legislación Nacional y Provincial a la cual como funcionario público me encontrara sometido”, reafirmó. “Entiendo que mi accionar al frente del Ministerio de Obras y Servicios Públicos y en particular respecto a la obra del Megaestadio siempre se circunscribió al estricto apego a la Constitución, la Ley y toda normativa aplicable, dado que como refiriera mi accionar se circunscribió al irrestricto apego a la ley”, agregó.
“Es por ello que, en modo alguno puedo tolerar esa maniobra política, y menos aún empañar la confianza que siempre me ha dispensado el señor Gobernador, al cual le estoy inmensamente agradecido. Sin embargo las circunstancia aquí expuestas determina mi renuncia indeclinable al cargo con que fui honrado para defender los intereses de los pampeanos y promover el progreso de nuestra querida Provincia”, concluyó.