Aunque el fiscal Jorge Amado pidió una condena dura de 18 años (que unificada con otra anterior suman 25), consideró que Víctor Purreta no quiso matar a su pareja la noche del 9 de ferbero de 2004. Por eso encuadró el crimen de Andrea López en la calificación de homicidio simple con dolo eventual.
Victor Purreta pidió la palabra al final de los alegatos. Dijo: “si me condenan, bárbaro, pero ¿Y Andrea donde está?”, con la voz quebrada y con un llanto como contenido. «Me propusieron un arreglo, que iban a pedir la pena minima de 8 años. Pero lo rechacé. Tal vez vaya a ser condenado. Y Andrea? ¿Qué va a pasar con Andrea?», repitió.
La querella, a cargo de Omar Gebruers (representando a la madre de la víctima, Julia Ferreyra) pidió prisión perpetua con la accesoria de reclusión perpetua, la pena más extensa prevista en el Código Penal. Consideró que la mató, que utilizó la diferencia física con Andrea López y además con su condición de boxeador, dejó indefensa a la victima. Además por esas razones (la fuerza física y su habilidad de boxeador profesional) nunca la víctima puso en riesgo al atacante, en este caso Purreta.
La defensa, el abogado Gastón Gómez pidió la absolución de Víctor Purreta. Apuntó a la falta del cuerpo y reiteró en su exposición: “Andrea López, a entender de esta defensa, está viva”. Rechazó las calificaciones de homicidio simple con alevosía de la querella y de homicidio simple con dolo eventual de la querella. Además pidió la nulidad de la cámara Gesell (con el relato del chico sobre el momento del ataque de Purreta a su madre) por razones procesales. Y subsidiariamente, en caso que el tribunal mantenga la autoría de homicidio, que la calificación sea preterintencional: es decir que la golpeó pero que no quiso matarla.
Este martes a la tarde se desarrolla una nueva jornada del juicio oral y público contra el exboxeador Víctor Purreta por el crimen de la joven Andreal López. El fiscal Jorge Marcelo Amado, en su alegato, pidió que Purreta sea condenado a 18 años de prisión por «homicidio simple con dolo eventual». Además, pidió que esa pena sea unificada con la condena del 29 de agosto de 2012 a pasar 25 años de prisión.
El dolo eventual significa que si bien el agresor no tuvo la intención de matar, debió representarse que los métodos aplicados para infringir daño podían provocar la muerte, como anticipó El Diario.
Por el lado de la querella, el abogado Omar Gebruers apuntará al homicidio simple agravado por la alevosía. Gebruers, durante las audiencias, indagó sobre las características de Purreta como boxeador, su peso (la diferencia de contextura física con Andrea) y la capacidad para pegar provocando un daño controlado.
El abogado, además, apuntará al trabajo realizado por Purreta de aislar a López, procurando alejarla de sus familiares. Incluso podría ubicar a la negativa de Andrea a seguir en la prostitución como el detonante de la agresión: la joven les había dicho a algunas amigas que iba a dejar de ejercer la prostitución, y anotó a su pequeño hijo de cuatro años en un jardín de infantes de Santa Rosa.
El abogado Gastón Gómez insistiría con el pedido de nulidad de la Cámara Gesell. En caso de que se mantenga, apuntará a los supuestos vicios de la misma: las condiciones de realización por la presencia de la sicóloga particular del nene. Por otro lado, reiterará los argumentos de los especialistas, quienes indicaron que se debió realizar inmediatamente, para su mayor efectividad. Gómez rescatará los testimonios que indican que vieron a una supuesta Andrea López con vida después de marzo de 2004. Utilizará, en esta línea, la falta de la prueba del delito: el cuerpo.
Para el defensor, en la misma Cámara Gesell podría estar la defensa de Purreta: pediría -en caso de que el jurado considere a Purreta culpable de la muerte de Andrea- que se tome en cuenta que la quiso reanimar, en esa escena que describe el hijo de ambos en su relato.
Una vez que se escuchen los alegatos, la Cámara del Crimen Nº 1, integrada por las juezas Alejandra Ongaro y Elvira Rossetti de González y el juez Miguel Ángel Gavazza, dará a conocer la sentencia en el lapso de una semana.