La hija del empresario asesinado llevó a su marido engañado a la comisaría para que lo detuvieran
enero 26, 2017
Este miércoles Matías Morla, el abogado que representa a las hijas de Roberto Fernández Montes, el empresario asesinado el sábado en Caballito, dio nuevos detalles del crimen.
Entre los datos más relevantes aportados por Morla se pudo saber que habría un tercer implicado en el hecho, que el yerno de la víctima y principal acusado había sacado un seguro de vida para Montes el año pasado, y cómo las hijas fueron claves para la detención de los dos acusados.
«No hay dudas de que el crimen fue planificado», comenzó precisando Morla en diálogo con el canal de noticias TN, y en ese sentido aportó un dato fundamental: el año pasado Santiago Corona, principal acusado y esposo de la hija mayor de Fernández, había sacado una póliza de seguro de vida a nombre de su suegro, de la que nadie sabía la existencia.
«Del extracto bancario de Roberto surge la emisión de una póliza de seguro de vida de la que nadie estaba al tanto y que había sacado el asesino en agosto del año pasado», precisó el representante de Giselle y Natalia Fernández, las hijas del empresario asesinado.
Al mismo tiempo destacó lo importante de la participación de las hermanas en el esclarecimiento del crimen. La menor, Giselle, fue la primera que vio el video de las cámaras de seguridad y reconoció a su cuñado. Acto seguido llamó inmediatamente a su hermana, que se encontraba junto a él y sus dos hijos.
«Natalia hizo como si no pasara nada, lo llevó a la comisaría mintiéndole que iba a declarar ella y ahí quedó detenido», explicó Morla sobre la arriesgada secuencia que tuvo como principal protagonista a Natalia Fernández, y por la que Corona pudo ser detenido.
En cuanto a la existencia de un tercer implicado trascendió que se trata de Pablo Ramón Fernández Torres, un paraguayo de 51 años, de oficio carnicero y «compañero de andanzas del mecánico -el otro detenido-, que tiene antecedentes penales y habría brindado apoyo», precisó el abogado.
En esa línea, Morla destacó la importancia de las cámaras de seguridad y dejó saber que «el yerno negó ser el que aparece en la filmación», aunque según contó, la hipótesis es que los asesinos habrían creído que los dispositivos no funcionaban. «Si no estaban las cámaras de seguridad, este crimen hubiera quedado impune», opinó.