El arma que apareció junto al cuerpo de Nisman era de un colaborador al que el fiscal se la pidió el mismo domingo
enero 19, 2015
La información sobre la titularidad del arma de la que salió la bala que mató a Nisman surgió de la declaración brindada por el propio colaborador del fiscal esta mañana contó que él se la había pedido prestada por cuestiones de seguridad, informaron fuentes allegadas al titular del Juzgado Nacional Criminal de Instrucción Nº5, Manuel Arturo De Campos.
El arma que apareció junto al cuerpo sin vida del fiscal especial que intervenía en la causa Amia, Alberto Nisman, pertenecía a un colaborador que se la había prestado ayer por la mañana, informaron fuentes judiciales.
El colaborador de Nisman contó que le llevó el arma al fiscal hasta su departamento ubicado en el piso 13 de una de las torres del complejo Le Parc, situado en Puerto Madero, infromación que además quedó plasamada en libro de ingresos y egresos del edificio.
Por otra parte, los peritajes balísticos realizados por expertos de la Policía Federal determinaron que la bala que provocó la muerte del fiscal Nisman fue disparada «en un 99 por ciento» por la pistola calibre .22 largo marca Bersa hallada junto al cadáver.
«El plomo que extrajeron los forenses de la cabeza de Nisman durante la autopsia se corresponde en un noventa y nueve por ciento al arma secuestrada en la escena del hecho», dijo a Télam una fuente de la investigación.
La fiscal del caso, Viviana Fein, ya recibió un informe preliminar sobre el peritaje y aguardaba para las próximas horas el informe final, dijeron los voceros.
Los peritos balísticos de la PFA establecieron como primer paso que la pistola calibre .22 largo marca Bersa hallada debajo de la cabeza del fiscal Nisman «fue disparada recientemente».
Luego, los expertos comprobaron que la vaina que fue encontrada dentro del baño y que estaba junto al cuerpo de Nisman fue percutada por esa misma pistola calibre .22.
Para llegar a esta conclusión, los peritos utilizaron un microscopio que se usa en balística para cotejar la impronta que deja la aguja percutora sobre el casquillo, con la intención de determinar si fue disparado por una misma arma de fuego.
En tanto, los forenses extrajeron durante la autopsia al cadáver del fiscal el plomo que había quedado alojado en la cabeza y lo remitieron el cuerpo de expertos en balística.
Tras un análisis, los peritos determinaron que «en un noventa y nueve por ciento» se corresponde con el arma secuestrada.
Por otra parte, expertos en comunicaciones de la Policía Federal analizaban el teléfono celular de Nisman, para intentar establecer las últimas comunicaciones realizadas y recibidas antes de morir.
Además, pretenden reconstruir los intercambios de mensajes de texto que realizó en los últimos días, dijeron las fuentes policiales.
Finalmente, los peritos en rastros trabajaron durante las últimas horas en el levantamiento de huellas del Audi que pertenecía a Nisman y que fue hallado estacionado en el primer subsuelo del edificio Le Parc de Puerto Madero.