Nacionales

Brochero, cada vez más cerca de la canonización

El plenario de obispos y cardenales fue «favorable» al segundo milagro, según anticipó monseñor Santiago Olivera.

BROCHERO

El proceso de canonización del cura José Gabriel del Rosario Brochero dio otro paso importante luego de conocerse este martes que el plenario de obispos y cardenales avaló que el sacerdote de Traslasierra actuó como intercesor en la recuperación de una niña sanjuanina, según anticipó monseñor Santiago Olivera.

“Ahora está la última etapa, el plenario de obispos y cardenales fue favorable. Falta que el Papa (Francisco) autorice que es un milagro. Ahí comunicará la fecha de la canonización”, explicó Olivera a Mitre Córdoba.

“Estamos felices. Tendremos la canonización, un regalo grande de Dios”, agregó en declaraciones a la emisora cordobesa.

Ahora el cardenal Angelo Amato, encargado de la Congregación para la Causa de los Santos, deberá presentar la conclusión al papa Francisco para que este firme el decreto de canonización.

“Recuperación asombrosa”
El segundo milagro atribuido a Brochero se origina en triste episodio ocurrido en octubre de 2013. La pequeña Camila Brusotti fue golpeada salvajemente por su padrastro con la complicidad de la madre. Los médicos le dieron 72 horas de vida, pero tras 45 días en coma, su abuela, que le rezaba al cura de Traslasierra Brochero, le cantó, la tocó y la niña reaccionó.

La madre había llevado a la niña a una clínica de la ciudad de San Juan con el argumento de que se había caído de un caballo. Valeria Pardini, una de las médicas que atendió a la nena, sospechó de la versión e hizo la denuncia. La madre y el golpeador fueron detenidos.

“Fue bastante shockeante . Con Camila algo más que lo médico hubo, era impensable que se recuperara como se recuperó”, declaró a una radio sanjuanina la médica Pardini. La pequeña sufrió golpes en la cabeza y piernas y llegó con un bracito destrozado.

La niña estuvo 45 días en coma y durante ese tiempo su abuela Marina nunca dejó de rezar y de pedirle al cura Brochero que la curara. “La abuela la tocó, le empezó a cantar y ahí nos hizo un clic: Camila empezó a mover las manos, abrió los ojos; fue un giro completo”, agregó la médica.

Hoy, Camila tiene 10 años y lleva una vida normal junto a su padre, aunque con secuelas en un brazo y una pierna.

La Voz

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba