La Pampa

«Boom» de la construcción en Pico

Por diferentes motivos la construcción atraviesa un buen momento en la ciudad.

A cualquier sector, ligado a la construcción de obras particulares, que uno le pregunte sobre este tema, coincidirán que la demanda que existe es notable.

Uno lo observa en las colas que se forman frente a casas de venta de materiales para la construcción en General Pico: pinturerías, ferreterías, ventas de sanitarios y, especialmente en esta época, los que se dedican a vender estructuras para la temporada de verano, caso concreto: piletas de natación.

La gente vuelca el poco o mucho dinero que le sobra en mejorar su hábitat, su vivienda. Y si de comprobarlo se trata, cualquiera que ha llamado a un albañil, plomero, electricista o especialista en temas de construcción o instalación de servicios que quiere para su casa, se habrá encontrado con la respuesta «esperarme, estoy con mucho trabajo».

En esa ronda de consultas sobre lo que se está dando en la ciudad, todos coinciden en que está relacionado con los efectos de la pandemia. La gente va asumiendo que no podrá viajar de vacaciones, le aconsejan quedarse en casa y el tiempo diario lo quiere disfrutar de alguna manera y donde le toque pasarlo. Y si directamente no construye (compra ladrillos y cemento) adquiere muebles, instalan nuevos servicios, buscan más confort o ponen una pileta de natación (no dan abasto los que se dedican a la venta e instalación de las mismas).

General Pico, no es el único caso, pero si se caracterizó siempre por la cantidad de construcción de viviendas que ha tenido y sigue teniendo. No es tiempo de barrios de viviendas sociales, pero es impactante la cantidad de nuevos asentamientos que van surgiendo de los loteos de terrenos y como se agrandan los que ya están incorporados a la parte edilicia piquense como son Pueblo Nuevo, Trisquelia, La Loma, barrio Sur, etc.

Desde el Colegio de Arquitectos admitieron que hay mucha actividad, no tanto en lo que es la obra nueva, que se entiende levantar algo desde los cimientos, pero si mucho pedido para ampliaciones, reformas y por lo tanto confección de nuevos planos que está exigiendo el Municipio para evitar intimaciones o el tener que pagar multas por ampliaciones y obras no declaradas, que es información a la que accede el área municipal correspondiente a través de fotos satelitales o inspecciones que se llevan adelante.

“Nos está pasando con la instalación de piletas de natación», comentó una fuente comunal consultada. «Donde todos ponen piletas y pocos las registran. Después se encuentran con la multa que es muy elevada, comparable con lo que sale entregar la documentación correspondiente».

En la UOCRA, también coinciden con un repunte general pero que no se da en la medida correcta en la mano de obra registrada. «Sabemos que los que se dedican a la albañilería desde hace años están a pleno con el trabajo. Pero detrás de esa contratación que hacen los clientes hay mucha informalidad, «trabajo en negro», que siempre costó erradicar, y que ahora se agudiza porque a las tareas de la construcción se ha incorporado personal proveniente de otros sectores donde hubo desocupación» comentó un referente gremial del sector.

Desabastecimiento de materiales

Volviendo a los recintos donde llegan los clientes a comprar materiales, más allá de reconocer que la actividad es intensa, también advierten que esta oportunidad «histórica» de reactivación choca con un tema que se agudiza día a día y es la falta de reposición de materiales vendidos.

Está claro que la gran demanda tiene que ver con esto, los efectos de la pandemia también, pero nadie niega que la conocida actitud especulativa de los que pueden hacer la diferencia grande en todo esto, se da en gran forma.

«Hoy muchos quieren construir, pero no se consiguen chapas y perfiles. Está muy difícil la entrega de ladrillos y lo que podría ser algo para celebrar e está transformando en un grave problema, porque se nos está agotando el stock o al menos disminuyendo a la mitad, respecto a otros años», acotó un integrante del rubro.

En principio se atribuyó esa falta de entrega de materiales por parte de los fabricantes, porque la cuarentena había parado todo. Pero a esta altura se atribuye esta peligrosa falta de materiales a especulación pura y también al cierre de las importaciones donde muchos productos que se elaboran en el país necesitan de insumos importados, a los que hoy no pueden acceder.

En definitiva, el «boom» de la construcción está. Algunos lo comparan con lo que pasó en el inicio del nuevo mileno (salida del corralito) donde la gente no quiso dejar más la plata en los bancos y comenzó a invertir o gastar sus ahorros en lo que podía. Puede que sea comparable por el comportamiento de los clientes, pero decididamente el contexto es otro, más allá de que estamos viviendo una crisis económica en el país que puede compararse con la del 2001 y alguna otra que ya hemos tenido.

Fuente: LaReforma.com

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