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Pekerman recordó su paso por Matienzo de Luiggi

Las historias del fútbol del interior son inagotables. La Pampa no está exenta de ser una fuente constante de recuerdos y anécdotas. El centenario de Matienzo de Luiggi sacó del cajón de los recuerdos una de ellas. Fue el paso como futbolista de José Néstor Pekerman por el Tripero en el año 1980.

Fueron apenas un puñado de partidos de quién con el tiempo se convertiría en el mejor entrenador de las Selecciones Juveniles de la historia argentina, y que también dirigiría en Mundiales tanto a la Albiceleste como al seleccionado mayor de Colombia.

Fue una aventura para un Pekerman que, con 30 años, todavía tenía hilo en el carretel para despuntar el vicio del fútbol. Llegó desde Buenos Aires dónde manejaba un taxi durante la semana y los domingos viajaba hasta a un pequeño pueblo pampeano, bolso al hombro, junto con otro futbolista de renombre de la historia argentina, Luis Recupero, campeón con Chacarita Juniors en 1969.

La historia fue casi efímera: desde el 20 de abril hasta el 18 de mayo de 1980. La estadística será más fría aún: fueron apenas cuatro partidos dónde Matienzo enfrentó a Deportivo Argentino de Quemú Quemú, Ferro de Alvear, Racing de Castex y Sportivo Independiente de General Pico. Pero la anécdota quedará para la posteridad del fútbol pampeano: un entrenador campeón del mundo y de renombre a nivel internacional tiene parte de su corazón en un pequeño pueblo pampeano. El centenario de Matienzo fue la gran excusa para traer al presente esta bella historia.

El Tripero de los 100 años, hay que decir, también supo contar con Rodolfo Talamonti, histórico ayudante de campo de Ángel Labruna en River y otro paso muy fugaz de Guillermo Daniel Rivarola, que luego jugaría en el Millonario en los años 90.

El día del centenario de Matienzo, José Néstor Pekerman dialogó con 980 Master Deportivo de Radio 37 en una entrevista dónde recordó aquel paso por el club pampeano pero también rememoró a otros futbolistas de nuestro terruño que llegaron a las luces de la gran ciudad como Luis Zubeldía y Daniel Martínez.

– ¿Qué recuerda de su paso por Matienzo de Luiggi?

– Hay que poner muchas cosas en la memoria, ha cambiado la comunicación y las noticias que tuvo un avance enorme. No recuerdo la cantidad de partidos pero recuerdo que disfruté muchísimo la etapa en Matienzo. Tuve la posibilidad de conocer a gente fantástica, cómo te recibía, como te valoraban lo que uno quería aportar. Para mí fue inolvidable. Había viajado con un vecino que tuvo trascendencia a nivel nacional, Luis Recupero, con el que vivíamos cerca aquí en Buenos Aires. Si bien no éramos amigos pero habíamos sido rivales, él jugó en Vélez Sarsfield y en Chacarita Juniors dónde fue campeón del fútbol argentino, el único título en Primera de Chacarita y él fue parte de eso. Ambos coincidimos en Matienzo, viajábamos los fines de semana con mucha alegría. Era una etapa con mucha experiencia y con muchos años, fue una oportunidad de acercarnos al fútbol del interior y la pasamos muy lindo. La gente nos recibió con mucho afecto y lo voy a valorar de por vida.

¿Cómo se da el contacto para venir a La Pampa?

– Yo había vuelto de jugar de Independiente Medellín de Colombia, tuve una operación de rodilla en ese momento. Le pedí a la gente de Colombia que me permitiera viajar a la Argentina. En esos años la medicina deportiva en Argentina era pionera, en los avances y la recuperación. Eso me daba tranquilidad para seguir la etapa de recuperación. En esa etapa había empezado a hacer fútbol, entrenaba con jugadores libres, allí nos juntamos con Luis Recúpero. En aquellos tiempos había muchos jugadores que habían tenido una trayectoria en el fútbol grande pero que viajaban a las provincias a jugar. Eran jugadores que por distintos motivos no conseguían clubes, era otra época. Se veían jugadores con experiencia que estaban libres. Recúpero me comentó de la posibilidad de ir a Matienzo. Lo tomé con optimismo porque era muy bueno para mí y lo disfruté mucho.

– ¿En esa época ya tenía por objetivo convertirse en entrenador?

– Claro que sí. De todos los lugares uno aprende cosas, ese fue un primer paso para mí. Más allá del jugador encontré eco en la gente y en mis compañeros. En aquellos tiempos uno podía explicar cosas del fútbol que si eran bien recibidas podían ser un aporte, siempre fui proclive a eso, de hacer cosas que tengan sentido y sirvan para los objetivos de un grupo. Ahí empecé a sentir que podía tener condiciones importantes para ser entrenador. Fue un paso vital. Había clubes importantes en aquel momento en Pico que luego llegaron a jugar en el Nacional. Uno llega a considerar los talentos que hay en el interior, que por distintos motivos de su carrera, trabajo o vida cotidiana no le permitieron llegar a una posición resonante en el fútbol pero que tuvieron condiciones futbolísticas valorables. Yo en esa etapa sentía que tenía condiciones valorables para desarrollar en un futuro. En esa época necesitaba trabajar el fin de semana, era otra época en cuanto a las necesidades que uno tenía con su familia. Yo tenía un taxi, trabajaba horas allí. Sentí que la distancia era lejana para luego desarrollar otra tarea, ahí es cuando decidí ir a Olavarría dónde pude continuar un poco más en el fútbol. Ahí definitivamente me fui cada vez más cerca y estuve en Saladillo y ahí di mis primeros pasos jugando y dirigiendo, fue una forma de experimentar antes de ingresar a la Escuela de Técnicos que tenían unos ingresos muy limitados, con el tiempo hice el curso, en el 81 y 82 y allí comencé como entrenador. Primero en Estudiantes de Buenos Aires, luego en Chacarita Juniors, primero como ayudante de campo y luego como Director Técnico.

– Cuando ya era entrenador vino a General Pico a observar jugadores y allí encuentra a Luis Zubeldía ¿Lo recuerda?

– Sí, por supuesto. Es una historia muy linda porque uno sabía de las posibilidades de los jugadores y creo que en el proyecto que pudimos realizar en el fútbol argentino cambió la historia de lo que se venía haciendo. Sobre todo creen en los jugadores de las regiones y del interior del país. Yo tenía experiencia en mi trabajo como entrenador de Argentinos Juniors dónde me había ido muy bien con los pampeanos. Recuerdo a Daniel Martínez que hoy es médico de la Selección y es un orgullo para los pampeanos. Un profesional con un nivel extraordinario. También recuerdo al Colorado Mac Allister, recuerdo al Topo González, a Pablito Carcaterra, me encantaba, era un jugador que podía haber llegado a un nivel altísimo. Se lesionó la rodilla, a veces hay que tener un poco de fortuna.

– Hoy el Topo González es el entrenador de Costa Brava de General Pico…

– No me puedo olvidar del Topo, yo siempre admiraba su juego y sus condiciones. Las cosas no se dieron para él. Siempre hago relación a las épocas, hoy ha cambiado mucho. Hoy en día los jóvenes tienen otras ayudas y otros respaldos que le permiten tener más tranquilidad para desarrollar su carrera más allá del desarraigo habitual.

– El fútbol del interior siempre ha hecho su aporte al fútbol argentino…

– Siempre ha sido así, históricamente. Yo lo puedo afirmar con satisfacción porque lo viví y lo disfruté. En Argentina en los años 80 el fútbol juvenil creció en todos los clubes de Buenos Aires, el Mundial del 78 y del 86 hizo que se le diera mucha importancia a las Divisiones Formativas pero estábamos en deuda con el interior porque la organización del fútbol juvenil creció mucho en Buenos Aires, cada club tenía su entrenador y preparador físico, en el interior había talento pero no tenía la estructura que había en la capital. Había menos posibilidades para los chicos de esa época. Yo era consciente, por eso contaba lo de la etapa en las Ligas dónde uno va conociendo como es la entraña del jugador regional con las dificultades y las pocas posibilidades de mejorar su entrenamiento. Hoy ha cambiado mucho y esas diferencias prácticamente no existen, se nota en los equipos, en los Regionales, en Primera Nacional, en los Torneos Argentinos, creo que siempre el jugador del interior ha nutrido al fútbol argentino. Si hicieran las estadísticas sería abrumador la cantidad de jugadores que llegaron desde ahí.

¿Ha tenido propuestas para volver a dirigir?

– Por ahora estoy en una pausa, la necesitaba después del Mundial y de dirigir en Colombia. Todavía me siento bien, estoy esperando para ver si en algún momento surge algún proyecto interesante para seguir haciendo cosas en el fútbol. He tenido propuestas.

El Diario

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